Dibujamos un paisaje montañoso nevado. Haciendo referencia al ejercicio anterior, tenemos que tener en cuenta la graduación del color. Esta vez, de suave a intenso; luego a la inversa, conforme estemos subiendo en la hoja. Vemos así la peculiaridad de que no “dibujamos“ la nieve blanca en una montaña, sino que damos color al espacio que hay alrededor y detrás suyo. Para no aplicar el color con demasiada intensidad este ejercicio requiere de mucha atención; también para no “tapar” la nieve, sino potenciarla con los colores fríos. Para dibujar este cielo a punto de nevar procedemos justo al revés: dibujamos con el azul las nubes mismas. Aplicamos aquí la “regla de juego”: “donde yo soy fuerte, tú eres flojo”. Y viceversa.
Duración: 38´
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